Encontramos un árbol mágico al que le pedimos nuestros deseos: una moto, chuches, una muñeca,...
Para dejar nuestro arte en el centro Beylar pintamos algunos animalillos para colaborar en un mural muy primaveral.
A continuación nos tocaba el taller más dulce: Caracoles de bizcocho y rosco frito. Más de uno no pudo resistir la tentación de dar un bocado al rosco o a los palillos Mikado.
La seño Brigid tampoco quiso perderse este taller tan dulce ¡Qué golosa!
No podíamos irnos sin nuestra corona con el logotipo del Centro. Así que manos a la obra, todos a colorear su dibujo.
Antes de volver al cole fuimos a la granja donde nos presentaron a unos animalillos muy simpáticos y charlatanes. También nos convertimos en pequeños animalitos y nos encerraron en un corral.
Nos encanta el Centro Medioambiental Cerro Beylar. El año que viene volveremos encantados.
MUCHAS GRACIAS AL EQUIPO DE MONITORES Y MONITORAS QUE CADA AÑO NOS RECIBEN CON TANTO CARIÑO Y DEDICACIÓN.